domingo, 21 de septiembre de 2008

IV Ferifiesta del Libro y la Lectura en Trelew

Estuvimos presentes en la IV Ferifiesta del Libro y la Lectura en Trelew, provincia del Chubut, entre el 3 y el 7 de septiembre de 2008.

Una excelente recepción tuvimos de los libros que llevamos - todo nuestro catálogo - y la maravilla del encuentro con amigos, escritores, libreros, distribuidores, periodistas, posibilitado por la inmejorable organización de la Dirección de Cultura de la Municipalidad. Tanto Diana, como Daniela y Jaide, solo por nombrar algunas de las colaboradoras que hicieron que nuestra estadía en Trelew fuera inolvidable y por demás cómoda.


La IV Ferifiesta contó con la presencia de Claudio Ferraro que presentó tres espectáculos de narración oral; de Hugo Corrias, narrador y docente; Marta Lorente, actriz, docente y narradora; Maximiliano Borches, periodista y bibliotecario, responsable de la Biblioteca Anna Frank; Fernando Pais, periodista y escritor, autor de Agua de nadie. La historia de cómo el Salado inundó Santa Fe; Adela Basch, escritora de literatura infantil.

Fue muy importante la presencia del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) con actividades para los mas chicos pero con una novedosa forma de llevar el Museo a la gente y no esperar que la gente vaya al Museo, fueron excelentes los talleres vinculados a obras de arte de plásticos argentinos.

Y por supuesto la presencia de Ernesto Maggiori quien tenía programada la presentación de los dos libros editados por Vela al Viento, Voces de un pasado todavía presente y la tercera edición de Historias de Frontera.

Reitero lo del público que fue maravilloso, colmando nuestro stand de afecto, alegría, información, cariño, e interés en nuestras publicaciones lo que redundó en nuevas amistades, muchos proyectos de trabajo a futuro y una infinidad de momentos atesorados en el corazón, como fotos del alma hasta el año que viene en la V Ferifiesta.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Emocionante presentación de "Cuatro paredes y un techo"

Una muy cálida acogida tuvo el segundo libro de Ernesto Allende, "Cuatro paredes y un techo". El auditorio de la Escuela de Arte de Comodoro estuvo completa en casi su totalidad. La gente del barrio, escritores, amigos y su familia se dieron cita allí para acompañar a Allende con su libro en una ceremonia descontracturada y donde abrí el acto con estas palabras:



"Buenas tardes. En principio agradecerles a todos la presencia esta tarde noche aquí en el Auditorio de la Escuela de Arte, para acompañar a Ernesto Allende en la presentación de su libro, “Cuatro paredes y un techo”. Mi nombre es Rubén Gómez y soy el director de Bogavante, editorial de Comodoro Rivadavia, que tuvo el orgullo y el placer de publicar este título.
Hay que decir que la Asociación de Poetas Argentinos (APOA) filial Chubut, se suma a este acto con su auspicio y el deseo de que la presentación del libro sea todo un éxito.
Tanto este libro como “Sueños y recuerdos”, el anterior poemario de Allende, llevan en el alma la historia, la vida, el latir del Barrio San Martín en cada uno de sus relatos o poemas. Es imposible separar a Ernesto de su barrio, y todo lo que ha hecho lo hizo desde y para el San Martín.
Es por eso que al pensar en la tapa del libro buscamos alguna imagen que simbolizara lo que significa el barrio para Ernesto y para mí. Ese muro de fondo nos da una idea aproximada de lo que fue y es el San Martín. Un muro construido desde abajo con piedras, distintas unas de otras, más pequeñas y más grandes, con aristas y desniveles. Un muro que los incluye a todos en la diversidad, en la diferencia, pero también en las similitudes, en la humildad, en los padecimientos. La construcción de un muro que bien podría semejarse a la construcción cotidiana de su gente, al trabajo tenaz, persistente, pese a la inferioridad de sus siempre precarias condiciones.
Así los vecinos, provenientes de lugares disímiles, con expectativas diferentes, con formas de comunicación distintas fueron construyendo el barrio, generando su propia fortaleza a partir de las carencias y postergaciones que los unieron como la mezcla entre las piedras. Las luchas sociales para el beneficio de todos les fueron dando firmeza y posibilidades de crecimiento.
Cuenta Ernesto que en el principio el San Martín era un valle de dunas, que imagino móviles y sin dar siempre la misma referencia. Cuenta Ernesto que un hombre de campo como el Tuerto Miroglio decidió establecerse allí por el año 1956, dando el real origen al San Martín, y con su boliche de campo también el lugar de los vicios. Cuenta que los camiones de la Municipalidad los trasladaron, al entonces niño Ernesto, a su familia y a centenares de precarios ranchos, desde la puerta del Cementerio Oeste hasta lo que es hoy el barrio que ama.
Su muro de piedras disímiles está expuesto en este libro. Todas las historias escritas con su voz, sin impostaciones, sin tratar de quedar bien con unos ni otros, sin pensar en la trascendencia literaria ni en hacer un trabajo de extrema rigurosidad histórica. Ernesto no es historiador. Rescata las historias que conoce, que vivió y le contaron a través de sus vecinos, por andar en las calles del barrio.
El caserío se le hizo familia bajo la piel y como todo lo que reside muy adentro a veces duele y lastima, como el incendio de la Biblioteca el año pasado, como los recuerdos por los enfrentamientos entre vecinos, como las pérdidas de amigos y vecinos en historias de curanderas, ignorancia y desidia. Como todo lo que nos habita muy adentro también nos alimenta, nos alegra y sana, como los hijos, como los logros compartidos y las sonrisas cómplices, los buenos gestos como la canilla pública de doña Isabel en plena sed.
Ernesto invita al viaje y este libro es un mapa de fotos y recuerdos, una brújula con el norte en su corazón. Se trata de un viaje hacia el pasado que revelará, con el tiempo y en el tiempo, el futuro de su gente, las claves de la identidad de esta comunidad de vecinos.
Será este libro también, la primera piedra del próximo muro, un muro hecho de historias que rescaten a los que no se ven, a los que construyeron y los que construyen diariamente, los que latieron y los que laten, un muro que nos proteja del viento blanco del olvido.
Muchas gracias, Ernesto, por este libro."

Tras estas palabras, Allende contó historias de su barrio publicadas en el libro y escuchamos al escritor Ignacio Stankewitsch quien leyó el prólogo que él mismo escribió.
Hubo un momento para la conversación con los vecinos, recordar los padecimientos y algunas anécdotas referidas a varios relatos incluidos en "Cuatro paredes y un techo", y con emoción algunos vecinos también leyeron textos e incitaron a Allende a continuar con su tarea.
Para finalizar el encuentro, Ignacio Stankewitsch y su banda "Alto Blues", compartieron con los asistentes cuatro temas y el autor y los vecinos se reunieron en torno a una mesa en un brindis que volvió a tocar la fibra íntima, esa tan emparentada con la emoción y la alegría.

viernes, 5 de septiembre de 2008

TRAS LA HUELLAS DEL ROCINANTE DE ORO DE MERCI SAENZ

-Ensayo-
Por: Abraham Méndez Vargas

Filos de lata, de la escritora argentina Mercedes Sáenz, es una colección de cuentos breves y algunos no tan cortos de un decir singular donde la primera frase de los más poéticos cuentos presenta una técnica absolutamente nueva dentro del ámbito de la narrativa latinoamericana, y es que acto seguido se acompaña de la conjunción “y” sin que ello constituya una frase nueva o un periodo, sino a la manera con que un poeta hilvana las estrofa de un poema absoluto; igual cuando la primera frase sigue en punto y seguido; luego, en el segundo o tercer párrafo, por demás de una ternura inusitada, se produce el giro circular con la frase que inicia el cuento y así la narración del hecho que tiene indudable importancia va alargando y alzando vuelo como una cometa según la intensidad del viento y el entusiasma de la mano que domina el escenario más con la emoción pura de una niña que interroga el mundo con sus ojos inocentes, aunque ya es una mujer muy adulta y razonadora, dueña de un hogar ejemplar con un buen esposo y tres excelentes hijos.
Los cuentos breves contenidos en Filos de lata nos dan la sensación incontestable de una verdad sentida con dulzura y, a veces, con una fina ironía frente a lo que pudo haber sido lágrimas negras, mientas leemos sus breves cuentos, de un mundo donde las personas saben perder sus nombres para entrar en escenas como símbolo de un pueblo, aunque los nombres de lugares, calles y cosas son auténticos dentro del entorno geográfico en que se desarrollan; es como las ondas maravillas de un río de oro que pasa bajo el puente de antaño, convirtiendo a Mercedes Sáenz en una de las mejores narradoras latinoamericanas que de estos tiempos he leído, tanto en portales digitales como en libros impresos.
No se podía caminar sobre los rieles de la infancia si no se estaba vacunado contra el tétano, pero en los rieles interiores de Filos de lata podemos transitar sin necesidad de vacuna, porque aquí estos filos no están hecho del metal mohoso del hierro con tornillos por donde pasa el tren, sino con la amorosa pureza de una niña que expresa la poesía que la sorprende a cada instante, y aquellos hechos que ella narra son filos estos latas que ella eterniza, y ahora vuelven a la vida de todos, como era justo que sucediese; pues, en Filos de alta hay muchas voces y cantan a la vida, en pequeños relatos que, aunque independiente en su factura creativa unos de otros, pueden decirse que Filos de lata puede leerse como novela, pues hay un hilo conductor que los interconecta.
También son poemas en prosa, no poemas en prosa al estilo modernista como siempre sucede en muchos escritores latinoamericanos, sino poemas en prosa totalmente vanguardistas, salvados por el automatismo psíquico que los domina y que los hace muy del siglo xxi; surrealistas por antonomasia; porque son el producto de una hermosa regresión a la infancia con imágenes nuevas, sin la contaminación que la conciencia adulta pudiera imprimirle, no obstante la excelente razonabilidad que los domina en términos lógicos.
Filos de lata es el título general del libro de cuentos, que sin embargo, a partir de la página 20, está subtitulado de la siguiente manera: No potrillo pampa, desde la pagina 22 a la 44, contiene los siguientes títulos: Te cambio la figura, ¿querés?, con tres capítulos y es en si una noveleta, (p. 23-31); No potrillo pampa (p. 32-34); La silla (p. 35-36); La dignidad de las colinas (p. 37-38); Si viera Usté… (p. 39-40); Arcabuceros (p. 4), Pequeños escapularios (p. 43-44). Las señalase de la memoria van de la pagina 45 a la 60, y contiene los siguientes cuentos: Las señales de la memoria (p. 47-48); Catalogo (p.49-50); Mensajes de madera (51-52); El que juntaba vidrios (53-54); Como por agua (p. 55-56); El puente (p. 57); El periscopio (p. 58-59); Es la hora (60).Sigue Siete ojos en su luna en la pagina 61, con los siguientes títulos de cuentos bien logrados: Siete ojos en su luna (p. 63-64); Los ojos que tiene Diana (p. 65-66); Café con leche (67-68); Lágrimas negras (p. 69). Esa mujer no, pagina 71, nos trae los siguientes cuentos: No Paulina (p. 73-74; Miércoles a qué la tarde (p. 75-78); Ella creía que había sido (79-80); Clarisa (81-83); Adoquines (p. 84-85), El Barón y la manzana (86-91); Tararia (p. 92-93); Nadie hasta mañana (p. 94-96); La tortuga escocesa (p. 97-99).En Ese chabón escupiendo conejitos, apartado que va de la pagina 101 a la 119, leemos los cuentos que siguen: Cascarrabias (p. 103-104); Ese chabón escupiendo conejitos (p. 105-106); Decir, decir (p. 107); Frágil (p. 108-109); Luces (p. 111); El señor de las nueve (p. 113)115); Dos por dos, uno más uno (p 116-117); Un día por casa (p. 118-119). En fin, el último manojo se encuentra desde la pagina 121 hasta 143, luego el Índice de la 145-146, aparece bajo el título Calles de cuadros y leemos los siguientes cuentos: Calles de cuadros (p. 131-132); Tabique (p. 133-135); Silbido (p. 136-137); Silencio absoluto (p. 138-139); Masi (p. 140-141), y Decir cómo, decir qué (p.142-143). Sin embargo, todo ello es desde la pagina 22 a la 143, pues aunque de la 13 a la 19 el primer apartado tiene dos cuentos, el primero titulado Carta de una mujer imaginera a un amigo imaginario (p. 1318), y De todas las del mundo (A Papá, p. 19); hemos podido constatar que Filos de lata, que da al libro el bien logrado título, aparece más adelante, por lo que asumo que el primer apartado es realmente Filos de lata, por lo que termino este ensayo analizando estos dos últimos textos que son, por ciertos, lo que más me han impactado al encararme a este libro de por sí maravilla a quienes hemos tenido la dicha de leerlos a tiempo completo.
Tal como he podido comprobar, Filos de lata es un libro hermoso, muy bien escrito y las situaciones que presenta son absolutamente significativas y esencialmente muy humanas, aunque sin el dramatismo fatal de los pueblos tropicales.