Compartimos con orgullo, el informe sobre la Campaña en la que nuestra Editorial fue partícipe con sus títulos.
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=gmail&attid=0.1&thid=12a86bfaf918a2c0&mt=application/pdf&url=https://mail.google.com/mail/?ui%3D2%26ik%3De8659d79f7%26view%3Datt%26th%3D12a86bfaf918a2c0%26attid%3D0.1%26disp%3Dattd%26zw&sig=AHIEtbT5HdJWG3XSiX5kg
Esta participación no es azarosa, ni ocasional, sino que establece una de las bases sobre las que está sostenida la empresa, y es la de la solidaridad y la generación de nuevos lectores para nuestros autores.
Gracias.
viernes, 20 de agosto de 2010
martes, 17 de agosto de 2010
"De los insolentes fantasmas" de Ana Romano
Desatornillar
Sacudo el ancla
Deslizo el timón
Las profundidades
que se abren en espejo
son las que surco
Abrazo la brisa
La vela esconde
desatenciones
¿Retorno?
Evidencia
Silencio
sueños
hacia la decantación
del sosiego.
Sigilo
Sentada
en silencio
espera
Los oídos
atentos
a si la puerta se abre
Las manos
entroncadas
y sin prisa
el reloj
La llave
gira
Una sombra
en la puerta
y se miran
En el rostro
se vislumbra
el reproche.
Austral
El cachetazo
se desprendió impaciente
y sacudió
Se tiñó de penumbras
la lozanía
y así rememoró
El sol
atenuó el resplandor
Los pájaros
esfumaron los trinos
La brisa
en el cuerpo
¿Y el pavor?
Gotas perladas
salpicaron
La alarma
despertó al hospital.
(de De los insolentes fantasmas de Ana Romano, 2010, Vela al Viento Ediciones Patagónicas)
Sacudo el ancla
Deslizo el timón
Las profundidades
que se abren en espejo
son las que surco
Abrazo la brisa
La vela esconde
desatenciones
¿Retorno?
Evidencia
Silencio
sueños
hacia la decantación
del sosiego.
Sigilo
Sentada
en silencio
espera
Los oídos
atentos
a si la puerta se abre
Las manos
entroncadas
y sin prisa
el reloj
La llave
gira
Una sombra
en la puerta
y se miran
En el rostro
se vislumbra
el reproche.
Austral
El cachetazo
se desprendió impaciente
y sacudió
Se tiñó de penumbras
la lozanía
y así rememoró
El sol
atenuó el resplandor
Los pájaros
esfumaron los trinos
La brisa
en el cuerpo
¿Y el pavor?
Gotas perladas
salpicaron
La alarma
despertó al hospital.
(de De los insolentes fantasmas de Ana Romano, 2010, Vela al Viento Ediciones Patagónicas)
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